No escribo desde hace tiempo porque un profundo hastío me lo impide, un cansancio hacia todo lo que huele a política. Estoy cansado de escuchar siempre los insultos, los berrinches, las consignas, las descalificaciones; estoy cansado de ver cómo se esmeran en transmitir su supuesta superioridad ideológica, o su sola necesidad de enfrentarse por enfrentarse. Estoy cansado de escuchar a todos llamar fascistas a todos. Estoy cansado de escuchar palabras arrojadizas (comunismo, libertad, democracia, bolivariano...), vaciadas con esmero y usadas todas como arma. Estoy cansado de que su simplismo de consignas nunca se identifique con sencillez. Estoy cansado de su odio latente, evidente y visibilizado.
Por eso escuchar hoy un debate en televisión como los que pensaba que ya no había, sin políticos ni periodistas, sólo cuatro intelectuales con su lucidez, ha sido puro oxígeno y alegría. Ideas que orientan y acompañan, un faro necesario que no suele aparecer en prime time... No estamos solos, y es motivo de alegría.
Y no podía falta ahí José Antonio Marina (no es verdad, podía faltar, pero su presencia es siempre enormemente enriquecedora), y todo lo que decían ha despertado mi atención y mi respeto. Gracias, a todos, incluida la cadena de televisión.
Ni siquiera voy a entrar en su contenido, no podría transmitir toda la profundidad y el enorme calado de sus palabras. Sólo me senté a escuchar, con calma y atención, y ya.
Eso sí, dice Marina, refiriéndose a nuestro panorama político nacional, que la solución pasa por que el conflicto se convierta en el problema. ¿Cómo te quedas?
Pues me quedo mejor, como siempre después de leerte. Consuela que tú también te canses. Y que haya gente (Marina o tú) que todavía sabéis ponerle palabras a lo que pasa. Gracias.
ResponderEliminarEs reconfortante que haya un "ellos" al que sintamos aprecio. Pero es aún mejor que haya un "tú". Gracias Carlos
ResponderEliminar