miércoles, 14 de septiembre de 2016

Verdades y doctrinas



Vila-Matas habla en una de sus últimas novelas apenas durante dos párrafos de un personaje, posiblemente inventado, del que dice:
Su ideal filosófico fue la búsqueda de lucidez liberadora, de apertura de la conciencia y del mundo; no quería ofrecer verdad, sino veracidad, ejemplos y no razonamientos, motivos y no causas, fragmentos y no sistemas.
Me quedo con esta breve exposición.
Hace unas semanas me venía a decir Marcos que puede llegar a parecer que intento adoctrinar con este blog, que legitimo y deslegitimo para llegar a donde quiero. Pensé sobre ello y leí al poco el párrafo anterior, el cual saco, resalto y destaco.
Y pienso en una cuestión de escala: los mensajes que pretenden calar en una sociedad entera deben ser simples y categóricos, con la enorme carga que ello conlleva, la ventaja de mi blog es que mi juego es otro, casi me considero disfuncional con respecto a la realidad que impera, puedo disfrutar del lujo de no pretender (ni necesitar) implicar doctrina, de únicamente aspirar a mostrar brillos, como un mono con una baratija, solo que mis brillos dibujan formas.  Y sí, claro, eso es lo que subyace, la clave está en el énfasis que se pone o no; el leitmotiv que nos mueve puede pretender conquistar o le puede valer con ser.
Al fin y al cabo escribir es definirnos, encontrar nuestras ideas, que todos las tenemos, y que a priori no son ni mejores ni peores que otras ideas, colmadas todas ellas de matices que las diferencian entre sí, o abismos, en otros casos. Y mi idea es como un color, diferente posiblemente a todos, más bonito que algunos, más feo que otros, o depende a quién preguntes quizás más feo que algunos y más bonito que otros.