Hablando de todo un poco. La música,
de un siglo a hoy, adquirió nuevas dimensiones, cambiando las reglas del juego,
anteriormente las principales variables eran la armonía y la melodía, hoy, entre
otras evoluciones, la música también tiene algo que yo denomino “textura”,
armonías sencillas que algunos dirían simples, pueden ser sublimes, pues los
matices que pueden aportar los sonidos generados, con mil aristas, con cien
texturas, aportan nuevas dimensiones a la creación. La nota “sol” antaño
arquetipo al más puro estilo platónico, puede ser hoy un universo en sí mismo,
puede ser una mezcla de texturas que despierte sensaciones nunca vistas, a
través de sintetizadores y procesamiento del sonido. Abordar hoy algunos
estilos de música requieren una aproximación artística que sólo puedo comparar
a un acercamiento “cuántico”, el procesamiento lógico y enumerable es incapaz
de abarcar la profundidad del asunto, debería ser un procesamiento cuántico humano,
lo que llamaríamos intuición, lo que podría gobernar de alguna forma las miles
de variables que se han añadido, para, al final, y de una forma imposible de
explicar, se goce de un resultado que sólo podría considerarse de artístico.
Hoy sólo quería eso. Lanzar esa
sensación al cerebro del que lo lea, sin hacer explícito el contraste frente a
la política atávica que nos impregna.