lunes, 26 de abril de 2021

Política de conflicto

No escribo desde hace tiempo porque un profundo hastío me lo impide, un cansancio hacia todo lo que huele a política. Estoy cansado de escuchar siempre los insultos, los berrinches, las consignas, las descalificaciones; estoy cansado de ver cómo se esmeran en transmitir su supuesta superioridad ideológica, o su sola necesidad de enfrentarse por enfrentarse. Estoy cansado de escuchar a todos llamar fascistas a todos. Estoy cansado de escuchar palabras arrojadizas (comunismo, libertad, democracia, bolivariano...), vaciadas con esmero y usadas todas como arma. Estoy cansado de que su simplismo de consignas nunca se identifique con sencillez. Estoy cansado de su odio latente, evidente y visibilizado.

Por eso escuchar hoy un debate en televisión como los que pensaba que ya no había, sin políticos ni periodistas, sólo cuatro intelectuales con su lucidez, ha sido puro oxígeno y alegría. Ideas que orientan y acompañan, un faro necesario que no suele aparecer en prime time... No estamos solos, y es motivo de alegría.

Y no podía falta ahí José Antonio Marina (no es verdad, podía faltar, pero su presencia es siempre enormemente enriquecedora), y todo lo que decían ha despertado mi atención y mi respeto. Gracias, a todos, incluida la cadena de televisión. 

Ni siquiera voy a entrar en su contenido, no podría transmitir toda la profundidad y el enorme calado de sus palabras. Sólo me senté a escuchar, con calma y atención, y ya.

Eso sí, dice Marina, refiriéndose a nuestro panorama político nacional, que la solución pasa por que el conflicto se convierta en el problema. ¿Cómo te quedas?