jueves, 27 de septiembre de 2012

Manifestaciones


Podría establecerse una simple categorización de los tipos de manifestaciones:
- Manifestaciones masivas: para nuestro caso, España, sin trazar límites precisos, aquellas aplastantes y mayoritarias capaces de sacar millones de personas a la calle. Manifiesta un sentir muy extendido, suelen ser hechos que conmocionan a la opinión pública (p.e. no a la guerra) o que tienen una base social muy amplia y eventualmente movilizable (p.e. defensa de la familia).
- Manifestaciones amplias: las más malinterpretadas y difamadas, como se explicará a continuación. Son aquellas capaces de reunir una gran cantidad de gente en las calles, miles de personas, cuentan con una notable cobertura de los medios de comunicación y están sujetas a una malsana dialéctica políltica
            - Grupos afines tildarán de éxito la actuación y se atreverán a pedir imposibles (dimisión del Gobierno, convocatoria de elecciones, etc.)
            - Grupos no afines ningunearán el grupo y sus objetivos y lo afrontarán como se afronta una gripe, se pasa y ya está
  Al final se comentan errores típicos de ambos grupos
- Manifestaciones reducidas: reúnen hasta cientos de personas. Son generalmente:
           - Temas que no despiertan el interés de los mass media y no existe una movilización social coordinada, causas legítimas olvidadas
           - Grupos radicales con ideologías radicales, que se caracterizan por una alta capacidad de movilización de sus escasos miembros

Hablemos de las manifestaciones amplias:

-Errores de los grupos afines:  por muy nobles y justificados que sean los fines hay objetivos que en una primera aproximación están fuera del alcance de manifestaciones de este tipo. El cambio social no se articula desde la manifestación de miles de personas. Cambian más diez personas influyentes que mil ciudadanos de a pie. Sí actúan desde lo simbólico y sirven para redefinir líneas de acción para, aquí sí, amplios colectivos, pueden servir como punto de partida para convencer conciencias.
-Errores de los grupos no afines: ningunear es ondear de forma pirata la bandera de la legitimidad. Ellos definen ellos deciden. "La mayoría silenciosa que no se manifiesta" se viene oyendo recurrentemente ya hace años con diferentes manifestaciones amplias. Esos sicarios del oportunismo no se detendrán en estimar el apoyo  real que una manifestación tiene entre el conjunto de la ciudadanía, porque no les interesa. No hace falta manifestarse para estar de acuerdo con unas reivindicaciones, aquí sería interesante una encuesta de interés sobre el tema, pero los que pueden hacerla se encargarán de no permitir ese riesgo. 
Dentro de esa estrategia se tiende a criminalizar a los manifestantes, principalmente:
  - A los manifestantes de izquierdas se les criminaliza como violentos, antisistemas, (despectivamente) perroflautas, etc.
  -A los manifestantes de derechas se les criminaliza como retrógrados y conservaduristas (también de forma despectiva)

La reivindicaciones de la gente en la calle se enfrenta con la lucha de los políticos por la apropiación de los símbolos.
Miles de personas en la calle reflejan una sensibilidad latente y sobre todo existente en el conjunto de la ciudadanía. El gobierno al mando trata de deslegitimar aquello que se pretende destapar y para ello se apoya en el ejercicio de la violencia "legítima" (polícía), en la acción de los jueces (no separados del resto de poderes y por tanto "al servicio de") y sobre todo en la mencionada apropiación de los símbolos (son pocos, no llevan razón, son violentos, quieren reventar la democracia, quieren dividir el país, quieren destruir la familia, etc.) con proclamas cercanas a lo panfletario
En todos los casos nos alineamos y en ocasiones nos alienamos con determinadas ideologías, rebañamos los matices y establecemos un acto simbólico generalmente unidireccional con la acción de la manifestación, lo cual es una herramienta útil dentro de las dinámicas de la sociedad y por ello necesaria y a salvaguardar.

 Conclusiones

A modo de conclusión: ¿qué no interesa en las manifestaciones amplias?
- No interesa  conocer sus límites
- No interesa conocer su grado potencial de apoyo
- Por ello no interesa darles trasparencia desde el ámbito político: el que es afín cree que ha cambiado el mundo, maximizará las pretensiones a sabiendas del fracaso semi-absoluto de las mismas, el que está en contra - al poder - no se esmerará en utilizar herramientas de la sociología para ver el grado de impregnación y afinidad de los objetivos reivindicados en la ciudadanía.
AMBOS deberían establecer puntos de encuentro para comenzar un diálogo, porque lo manifestado, ni tanto ni tan poco, pero existir existe, es una realidad que debería afrontarse, y habitualmente la política se limita a mantener posiciones y a enturbiar de acuerdo a sus intereses