Por creer hay días que creo también en
la maldad.
Siempre
he intentado dar valor a las ideas que menos me gustan, porque sé que también
son legítimas, porque estando más o menos acertadas presupongo la buena fe en
ellas, o al menos un notable porcentaje de buena fe. Casi todo, en la palestra
política de mi país, es defendible desde los tan trillados valores
democráticos, lo cual no quita que está en abierto desacuerdo con muchas
decisiones.
Siempre
he creído que los malos eran la excepción que era necesario denunciar y
erradicar, pero que la existencia de un
malo no deslegitima una idea. Nunca se ha tratado de derrocar ideas.
En el
peor de los casos serán ideas que pueden ser etiquetadas de oportunistas,
populistas, inadecuadas, insuficientes, cobardes, injustas, perpetuadoras,
sordas, equivocadas, incomprensibles, etc. Pero siempre existe el margen más o
menos grande o pequeño que aporta un mínimo de legitimidad.
Pero
hoy es un día en el que creo en la maldad, se me acaba mi eterna capacidad de
consenso, se me acaba toda la presunción de buena fe, porque en esta ocasión
pienso que la ocasión lo merece.
Y es
momento de dejarse de abstracciones y hablar de concreciones. Pongamos que
hablo de Madrid.
La
derecha de nuestro Madrid dice que cree en la privatización de la Sanidad, y a
mis ojos, la perversión que implica es excesiva. En nuestra sociedad la
sanidad está muy relacionada con la humanidad, al menos la sanidad de mínimos,
al menos la sanidad pública.
En
pocas lineas:
- Si
una empresa privada gestiona la sanidad va a buscar el beneficio económico
- El
beneficio económico es abiertamente contrario en ocasiones a unos criterios
básicos de humanidad (hay enfermedades rentables frente a otras no rentables)
- Hay
una crisis económica mundial y fuertemente local
- Hay
que ahorrar
-
Ellos (aquí son más "ellos" que nunca) creen que privatizando se
ahorra.
-
Ellos no contemplan optimizar lo existente
-
Ellos tienen que saber que privatizando la gente enferma no rentable (crónicos,
mayores, enfermedades largas o raras o con costes de tratamiento caros) es de
repente mucho más vulnerable
-
Ellos aplican literalmente el axioma capitalista de "privatizar beneficios
socializar pérdidas", porque están reconvirtiendo hospitales públicos para
que se ocupen de los enfermos no rentables, y dejando a los privados
especializados en el "aquí te pillo aquí te cobro"
-
Ellos no quieren salvar lo público, no quieren introducir lo público en
criterios de eficiencia, y ellos podrían hacerlo si tuvieran voluntad, porque
ellos son los que ahora hacen las leyes
Y
tantas líneas se resumen para mí en esto:
Se
abre una encrucijada y se puede apostar por la sanidad pública (existente) o
por una sanidad gestionada de forma privada.
- Lo
público, con sus fallos y disfuncionalidades se ajusta más a un criterio de
universalidad (te curaré aunque sea caro)
- Lo
privado, con sus virtudes, tiene el objetivo de hacer dinero a través de la
gestión (te curaré si me es rentable)
Para
que la sanidad privada funcionara habría que implantar desde lo público un
estricto sistema que asegure que se respetan rigurosamente criterios de
humanidad, y la humanidad en la sanidad es más que imprescindible.
Si no
se implanta ese hiper-estricto sistema se cae en el riesgo más que evidente de
que la empresa privada busca el dinero a costa de la desatención de muchos
enfermos no rentables.
Hasta
ahora no se ha hablado de implantar dicho sistema. Incluso su implantación
sería difícil y costosa.
A día
de hoy, los responsables de esta decisión públicamente no dan ninguna cifra del
potencial ahorro que supone el cambio de sistema, pese a que se les pregunta.
Por tanto se mueven en la incertidumbre.
Lo
único claro es que perdemos un criterio de humanidad e introducimos la
necesidad del beneficio económico de empresa.
Y es
esa ausencia de alternativas desde el gobierno, es ese "privatizar la
sanidad a cualquier precio" el que me hace pensar que realmente ellos
están sirviendo hoy al dinero antes que a las personas. Porque son demagógicos
para defender sus ideas privatizadoras, porque no dan cifras, porque no quieren
considerar alternativas.
Ampliando
mi consideración inicial solo veo dos alternativas:
El
dogmatismo o la maldad. O ellos han deificado el dogma de la privatización o
ellos prefieren servir al dinero (beneficio económico de empresas) antes que a
las personas.
Porque
la derecha, en su mejor acepción, cree que puede ayudar a las personas apoyando
en primer lugar a las empresas (son pro-empresas). Porque la derecha, en su
peor y actual acepción, opta por apoyar a las empresas en contra de las
personas.
La
Sanidad creo que aporta un balance de pérdidas (es caro mantener un buen
sistema de salud que atienda a todos por igual según su dolencia y de la mejor
forma posible), pero es un servicio fundamental básico en nuestro modelo de
sociedad (y de desarrollo). Y yo creo en que hay que minimizar esas pérdidas lo
máximo posible. Pero la empresa privada
que entre no se va a ocupar en minimizar las pérdidas, se va a ocupar de
obtener beneficios, y lo hará a costa de personas.
Hoy creo en la maldad de ellos, los que, haciendo oidos sordos a cualquier argumento, actúan en contra de las personas.