viernes, 30 de diciembre de 2022

Paulov y las escaleras mecánicas

Hoy en abstracto, con lo que me gusta:

Para los que habitamos grandes urbes o acostumbramos grandes centros comerciales, o los que, simplemente subimos en ocasiones por escaleras mecánicas.

Imagino que a todos nos ha pasado experimentar la extraña sensación de subir una escalera mecánica estropeada. Esa torpeza con la que abordamos cada escalón, sobre todos los primeros... Evaluando sin precisión la cercanía del siguiente escalón al que se aproxima nuestro pie.

Objetivamente es incomprensible. Vamos a subir una escalera que sabemos y vemos que está estropeada, por lo que no se mueve de forma automática, queremos afrontarla como una escalera normal y subir peldaño a peldaño, un reto sin ningún atisbo de dificultad. Y ahí nos vemos, calculando erróneamente una cotidianidad.

Nuestro cerebro está entrenado para hacer los movimientos precisos para subir una escalera mecánica sin ningún problema, recalcula en segundo plano parámetros diversos asociados a la velocidad y el equilibrio de forma que nuestro proceder, en condiciones normales, es vulgarmente armonioso.

Desaprender eso nos cuesta mucho, pese a dedicarle atención y consciencia (sabemos que está estropeada), tendemos a repetir los patrones aprendidos. Tenemos en nuestra psique una resistencia al cambio, nos puede costar reaprender una sencilla (pero diferente) nueva lógica.

Las analogías con la vida real las dejo para cada uno.