En ocasiones creo que me parezco a los telediarios que se
ven hoy día: solamente destacan lo malo, casi reducen lo reseñable a lo
negativo.
No quisiera que este blog ni ninguno de los dos lectores
asiduos que tiene de media, redondeando hacia arriba, pensaran que caigo en el
negativismo ni en una defensa tangencial de la anarquía por knock-out de
contrincantes.
Cierto es que hoy día los políticos que nos toca ver en los
medios se encargan de deslegitimar la Política, y lo suelen hacer muy bien.
Cierto es que los medios de comunicación disfrutarían
destripando tripas de abuelas si la audiencia así lo requiriese.
Cierto es que tanta recesión y drama nos hace lo mismo que
la falta de sueño: nos vuelve irascibles.
Pero por aportar una visión comedidamente positiva creo que
a la Política Nacional le pasa como a la Iglesia Nacional: les falla la
jerarquía.
El que llega arriba muchas veces es el que ha sabido pisar o
el que es fácil de manejar. Incluso hay una tipología curiosa: hay gente que es
ampliamente incompetente pero tiene el don de saber escalar sin montañas, con
su correspondiente y triste némesis: gente que tiene capacidades sobradas pero
no tiene el don u oportunismo de llegar arriba.
Pero sin considerar la jerarquía (los políticos de primer
nivel y barrio bajo), hay bases de correligionarios, más o menos crédulos, que
desde un convencimiento menos dependiente de consideraciones monetarias,
trabajan dentro de su Partido para lograr, desde sus ideas, el bien de todos,
el bien nuestro. Tanta admiración a ellos como desprecio a sus jefes, no poca,
por tanto.
Modulemos así la apariencia del blog, que también importa.
Agradezcamos su labor a algunos políticos, no a todos, obvio, por estar además
hoy día debajo de la tempestad y del oprobio generalizado. No sé cuántos son,
pero ellos saben quiénes son. Si no os lo digo yo:
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Si esto lo leyeran todos los políticos del país
siéntase insultado usted si en su labor lectora hasta esta línea ha venido
pensando: no es tan fácil, es más complicado que esto, a veces hay que
transigir con cosas que no nos gustan, hay muchos intereses cruzados como para
poder establecer líneas clara, etc. Entiéndase: los defensores de la tibieza.
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Sienta mi agradecimiento aquel que en el
transcurso de esta breve lectura haya pensado otra cosa.
Saludos al resto.