Desposeo a algunos amigos, ya con poder creciente y por ello peligrosos, permito la cercanía de algunos enemigos, débiles y en una espiral autodestructiva, lanzo pequeñas consignas contra la oposición, agradablemente callada, o acallada debido a mi control de los medios. Hago todo eso, y los analistas dicen que mi jugada ha sido políticamente perfecta. ¿En qué momento exacto la palabra "política", tan devaluada, llegó a perder TODO su significado?
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