miércoles, 15 de noviembre de 2023

Alta política II (pedanías)

Imaginaros... bueno, spoiler, no os imaginéis, tal cual.

Una pedanía y una población mayor, llamémosles B y A.
La pedanía (B) tiene unas pequeñas praderas. La población (A) no tiene espacios como esas praderas, por lo que es habitual que gente de A vaya frecuentemente a las praderas de B para comer, merendar... disfrutar.
B considera que eso no es justo, que se están sobre-explotando sus praderas (que A está sobre-explotando sus praderas). Por ello decide regular el uso de las mismas. No se podrá hacer picnic sin más. Habrá que pedir permiso al Ayuntamiento de la pedanía, que lo tiene. Venga vale, se puede hablar, ¿por qué no? Quizás A, que es más grande, se lo tenga que currar y dotar de más espacios como ese para uso común (de A y B).
Todavía no hay una regulación aprobada, por lo que el equipo de gobierno de B decide tomar medidas preventivas.
Decide(n) inundar las praderas (????) para que no se usen, creo que mientras se aprueba la normativa. Si vas y coincide, a mí me pasó, te lo cuentan.
El equipo de gobierno de B se enorgullece de su sinceridad al contarte todo, como si la franqueza le salvara. Si quiero una respuesta oficial, me cuentan, me dirán que la inundación de las praderas es un criterio del área de jardinería, siempre hay una respuesta elaborada para cualquiera que la pida. Soy Ingeniero de Montes, le digo, y me parece una barbaridad utilizar el agua de esa manera, te explico lo que hay y te doy la respuesta que quieras, me viene a decir. Es una barbaridad, le digo. Somos afables al hablar, pero es una barbaridad.
No podemos usar el agua (en abundancia) para conseguir un efecto disuasorio. No tenemos solución mejor, me dicen. Pregunto signo político, ya por curiosidad. Mezcla de siglas, se entrevé gobierno "progresista". No entiendo nada. 
Entramos (me encanta) en analizar las palabras con que defienden lo suyo. El agua la gastamos en esto. El agua no hay que gastarla, le digo, hay que usarla. Cambio la palabra si quieres, me dice. Pero importa la idea que hay detrás. El agua se gasta, es nuestra, y por ello hacemos esto con ella. Lejos evidentemente queda la concepción de sociedad, la certeza de la sequía que define nuestro futuro como país. Cerca queda la obviedad de que ese agua que pasa por la pedanía es mía, y por tanto la gasto en lo que quiera.
Es como la altura de miras pero al revés.
Apelo a un sentido común veo que en ocasiones escaso. Pensémonos como sociedad, pensémonos en ubuntu, todos ganamos, o todos perdemos.

P.D. Sin tapujos, hablamos de Aranjuez y del Cortijo de San Isidro, por si algún (exiguo) lector tuviera la curiosidad.

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