Me surgen preguntas que podrían parecer obvias pero que,
vista la realidad política que vivimos, no son baladí. ¿De quién es un partido
político?
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¿De los militantes?
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¿De los votantes?
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¿Del aparato del partido / estructura?
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¿De todos/nadie?
En la práctica estamos viendo que los partidos son de sus
dirigentes, capaces de convocar o no a sus militantes de acuerdo a los
intereses perseguidos, de agarrarse a sus estatutos aunque estos ardan si así
les conviene, o de hacer un avión de papel con ellos, según el viento que corra…
¿El criterio de los órganos del partido es más cualificado
que el de los militantes/votantes? ¿Tiene sentido o tienen derecho a ejercer
esa supremacía ideológica? ¿Podrían regularse estas “injerencias” orgánicas
para responder a un modelo participativo más real? ¿Hasta qué punto podríamos
acercarnos a ello sin trabar demasiado la funcionalidad? Recordemos el siglo en
que vivimos, el tele-voto, por ejemplo, tampoco nos insisten con eso, ¿no? Deben pesar más
las estructuras creadas, con sus dineros, sus sillones y sus expectativas de
status quo, más que los ideales, tan blanditos.
Quizás por eso todo se reduzca a un tema de poder, el anillo
único y esas cosas…
Gran ejemplo al respecto andamos viviendo estos días con los avatares del PSOE.
ResponderEliminarTras un número indeterminado de cambios de imagen tirando de viejas glorias, se decide dar voz y voto a los militantes y surge una nueva cara.
Con escepticismo, desde la sombra, se supervisan sus evoluciones (muy tenues, todo hay que decirlo para lo que se espera de un partido "socialista" abanderado de la izquierda durante décadas en este país) pero, en cuanto el personaje saca los pies del tiesto a criterio de "Los Barones", (así se hacen llamar en los medios con toda pulcritud)se le dinamita el cargo sin escrúpulo ninguno.
¿Nuevas primarias? Vamos a encarrilar primero la situación los mayores y luego ya veremos...
Auténticas guerras de poder...
ResponderEliminarPosiblemente mi siguiente entrada sea sobre un concepto célebre en algún ámbito concreto: "Mandar obedeciendo", con continuidad sobre esto.
Gracias por tu comentario Javi