Eso pienso. Ambas cosas: Podemos es Iglesias y Podemos es
Iglesia.
Es Iglesias por el excesivo personalismo que conforma su
propia existencia, por la omnisciencia de su líder, que trasciende a todas sus
bases. Más que círculos veo una enorme espiral con un centro claro y preciso,
un centro que irradia una excesiva autonomía. Hablan ellos del sometimiento a
las bases, desde fuera se aprecia lo contrario: el sometimiento de las bases. Y
sí, hablo de programas en bloque y otras artimañas para conducir la democracia
interna hacia la dirección (en sus dos sentidos) elegida, arrinconando las
disidencias y todo aquello que reta al orden recién establecido.
Es Iglesia primero porque tiene su deidad, adoran a un líder
que pocos se atreven a cuestionar, es un personalismo carismático que basa su
fuerza en su germen. Y para mí es Iglesia porque me pasa como con la Iglesia
católica: me gustan más las bases que sus jerarcas. Con Podemos respeto y
admiro el movimiento que sustenta todo, el compendio de inquietudes no aunadas
con otras opciones políticas y que han sabido escindirse y levantar un único y
audible grito. Esa organización abierta y multidisciplinar, asamblearia y
propositiva, social y humanista. Y no, no respeto a sus líderes, porque anteponen
la estrategia a las ideas, igual que tantos obispos que anteponen el dogma a la
persona.
Cuánta razón, brother. Piensas sin goteras, mamón. Da gusto.
ResponderEliminarJaja! Las goteras se ven cuando llueve, no obstante. :)
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